Los dragones del Templo Nikkō son famosos por su belleza y su diseño detallado. El Templo Tōshō-gū en Nikkō, Japón, es conocido por ser el lugar de descanso final de Tokugawa Ieyasu, el fundador del shogunato Tokugawa en Japón. Este templo es uno de los lugares más sagrados y venerados del país.
El Templo Nikkō tiene un gran número de dragones representados en sus diferentes estructuras, como puertas, techos, columnas y lámparas. Estos dragones se consideran guardianes protectores del templo y su contenido sagrado. Se cree que su presencia aleja a los espíritus malignos y simboliza la voluntad de proteger y preservar las enseñanzas budistas.
Los dragones en el arte y la cultura japoneses están asociados con el agua y se consideran criaturas poderosas y benevolentes. Sus figuras talladas y pintadas en el Templo Nikkō exhiben una gran atención al detalle, con expresiones vigorosas y cuerpos serpenteantemente que parecen estar en movimiento.
Visitar el Templo Nikkō y admirar a los magníficos dragones fue una experiencia única para mí. Inspirado en ese tesoro, nunca dejaré de pintarlos.